La Universidad lleva el nombre del gran médico y filósofo Maimónides quien desde su judaísmo logró plasmar la idea de la convivencia pacífica entre quienes no tienen las mismas ideas o creencias. Los tres nombres por los que se lo conoce nos hablan de su compleja vida: Rabi Moshé Ben Maimón o Rambam, el nombre que le dio el pueblo judío, o Ibn Maymun, el nombre con el que se lo conoce en el mundo islámico, y Maimónides, la forma griega y occidental que tomó su nombre a lo largo de los siglos, hasta nuestros días.
Estos tres nombres que se refieren a la misma persona simbolizan la posibilidad de que culturas diversas puedan convivir respetuosa y pacíficamente.
El objetivo más importante de nuestra Universidad es el de continuar con la visión que Maimónides tenía sobre el conocimiento, la ética, la vida. Y es por ello que esta Casa de Altos Estudios lleva el nombre de Maimónides.
Maimónides vivió entre los años 1135 y 1204. Su niñez transcurrió en Andalucía y en Castilla. Pero en el año 1148, cuando tenía trece años y luego de que España fuera invadida por extremistas religiosos islámicos, Maimónides y su familia debieron abandonar la ciudad de Córdoba. Escaparon hacia Almería, pero en 1157 esta ciudad también fue conquistada y la familia Maimónides debe deambular sin destino por España y el sur de Francia hasta que en 1160 se establecen en Fez (en el norte de África). A pesar de su vida tan azarosa, Maimónides tuvo la capacidad y la fuerza necesarias para estudiar la Biblia y sus comentarios, medicina, astronomía, matemáticas y todas las ciencias de su época. Debe continuar con sus viajes por el mundo: permanece en Alejandría, Palestina y finalmente se establece en Fustat, la antigua ciudad cercana a El Cairo, donde se dedica a la medicina. Hacia 1185 su fama como médico va creciendo y el visir de Saladino, Al Fadil, lo nombra médico oficial de la corte. Lentamente va convirtiéndose en una leyenda en vida.
Por otro lado, también mantiene una importantísima correspondencia con habitantes de países occidentales y orientales sobre temas legales, interpretaciones de textos religiosos, problemas históricos y teológicos, e incluso sobre problemas cotidianos. Sus respuestas fueron profundamente apreciadas.
Al mismo tiempo que era fiel tanto a la religión como al estado, escribió profusamente. Su muerte en el año 1204 fue llorada por los habitantes de la región mediterránea y sus restos fueron llevados de El Cairo a Tiberiades, en el Mar de Galilea, en la tierra de Israel, donde hasta el día de hoy se visita su tumba con respeto y devoción.
La fama de Maimónides como filósofo se debe fundamentalmente a su obra más importante, Guía de los Perplejos. Esta obra no fue escrita para los creyentes, sino para aquellos musulmanes, cristianos y judíos que, conociendo tanto la filosofía griega como las leyes religiosas, se sentían perplejos y se preguntaban de qué manera podía armonizarse la fe y la razón. En la Guía Maimónides afirma que no existe conflicto entre fe y razón. Siguiendo la filosofía de Aristóteles, Maimónides estaba convencido de que podía responder a una gran cantidad de problemas filosóficos sobre Dios, y Su creación sin por ello entrar en colisión con las Escrituras. Su Guía de los Perplejos es un brillante entramado que aúna la tradición religiosa con el pensamiento científico y filosófico y su influencia sobre generaciones de cristianos, musulmanes y judíos aún está vigente.